miércoles, 9 de febrero de 2011

Infografías: las cuatro Argentinas


Me gustó mucho el artículo de Eduardo Finanza en La Nación, y me dejó pensando que para su cabal entendimiento requería de un dibujo. Estos días estuve pensando mucho en mi país, y en particular por qué no puedo entenderlo del todo: espero que esta infografía ayude.

No es casual mi interés, más allá del deber ciudadano. En sólo 3 días hice una verificación técnica del auto (Argentina casi mafiosa) ordenada por un Registro como paso imprescindible para una venta (Argentina formal) que debió repetirse por burocracias y dobles pagos (Argentina corrupta) mientras atravesaba piquetes (Argentina emergente). Además la interacción que tanto me gusta describir entre el individuo y la empresa -en los ámbitos 2.0, en particular-, como en el post anterior sobre empresas y Facebook, son sólo un caso particular de algo mayor, el duelo entre la formalidad y la informalidad, que es algo que ocupa precisamente el eje "y" de este gráfico.

Por supuesto, no se queden con esto. Sugiero que más bien lean el artículo de Eduardo Finanza, y que no dejemos de pensar de un modo desapasionado qué país queremos.

N. de la R: tengo un problema serio. Cada vez me gustan más ahondar los modelos matemáticos en Excel, pero a la vez no puedo evitar representar el problema en PowerPoint o Prezi. Es mucho. Creo que Snark se pondrá algo esquizoide en el 2012.

sábado, 5 de febrero de 2011

Lo hice por las nenas

La brillante escena descripta por JetPacks (que dicho sea de paso, se ha tomado un sabático) describe la última movida de los Recursos Humanos de las grandes empresas que deciden -tarde- moverse a Facebook. Tal parece que el empleado debe "Gustar" de la iniciativa de la empresa a la que pertenece, si no quiere arriesgarse a la ejecución pública -o a la pérdida del ascenso-. Pero qué pasa si realmente no le gusta, si no siente esta iniciativa como propia, o si directamente abjura del Facebook?

Se me dirá -como se me ha dicho repetidamente- que no ha de morderse la mano del amo. Sin embargo, si preguntaran varios peldaños más arriba de HHRR -digamos, al CEO- se vería que el juicio crítico y la individualidad serían aspectos más valorados que la mera integración, o la capacidad de "alinearse", que resulta ser el eufemismo de moda.

Lo más notable es que la alineación a ultranza produce un efecto muy semejante al de la alienación, esto es, la pérdida de la identidad y de las ideas propias a expensas del entorno -digamos, del jefe y de las jerarquías superiores con quien uno debe "alinearse"-. Ningún CEO quiere dirigir un pelotón de zombies asentidores, bajo ningún aspecto.

Imagino la escena, un domingo, en la casa del joven profesional; en el dormitorio la mujer le recrimina al esposo sobre su preocupación, y éste le cuenta de la presión por "asentir" a los guiños en FB. Por qué lo hiciste entonces, preguntará ella? Y él le contestará como Maradona: "lo hice por las nenas". Es , en fin, otro cruce de ámbitos, tan a tono con lo referido en este blog; pero lo que sirve en la empresa a corto plazo, es lo que termina matando al indivuo a la larga.