sábado, 8 de octubre de 2011

El KPI felicidad


Tengo pensamientos dispersos en un sábado de descanso en Buenos Aires. Enumero: la gente "del palo" piensa que se es más cool mostrando afectación por la muerte de Steve Jobe. En los CVs que me llegan -en general sin motivo- entreveo un énfasis desmedido en el "yo". Buscando novedades sobre modelos, leo que alguien se pregunta si "es la felicidad un KPI". Veo en el gráfico de mis propios KPIs de entrenamiento (figura de más arriba) cómo mis problemas en el talón (y la falta de km corridos) se compensan con mayor actividad en el natatorio. Abundan los ejemplos de "gente que se hartó y se fue" en empresas conocidas, estos días. Y varios etcéteras.

Pensándolo desde Snark, veo dos tendencias contrapuestas. Una es determinista, y es la de describir un problema económico, financiero o lo que fuere, tener todas las variables a mano, y crear un modelo que le sirva al cliente, aún en situaciones extremas. La otra tendencia es salirse del molde y pensar en cómo afectan las carencias humanas -en particular, las de comunicación- al desempeño de las personas y a las empresas. A pesar de los indicadores de clima laboral, esto no es sencillo de volcar en un KPI. Pero tal vez deberia intentarse.

A falta del indicador, hay síntomas que permiten advertir los problemas. Nótese que no hablo de remuneraciones, sino de síntomas que se hallan en corporaciones, en PyMEs, o en empresas aún menores. Veamos esos síntomas: no contestar un email, como actitud "por default". Reprender con un CC extenso, pero en cambio agradecer en privado. Que no haya capacitación -o peor, que no exista la mínima ayuda interna-. Que haya un vacío sideral entre las partes de una empresa. Que no se sepa qué rayos está ocurriendo. Esto es sólo la "short list".

Me pregunto cómo se ayuda a la solución? Cómo se mejora el KPI felicidad en la empresa, aunque no se lo pueda crear, ni sea una evidencia objetiva?

Si bien es desgastante pedir con frecuencia ayuda o ser cortés hasta el hartazgo, esto es mejor que estallar. Aunque paradójicamente, estallar es más genuino, y en ciertos ámbitos (latinos, femeninos) está bien visto. Entonces, conservar la calma sería algo recomendable. Lo segundo sería pedir ayuda fuera del entorno, exponer la situación y compararla con otras empresas, u otras industrias. En tercer lugar, tener un recuento no obsesivo de los hechos para valorar las situaciones a lo largo del tiempo. Y en cuarto lugar, estar siempre dispuesto a irse y empezar de nuevo. Creo que ésa es la actitud más honesta.

Final con Steve Jobs. El 95% de las crónicas lo hace bueno, papable, y hasta lindo. El 5% restante lo describe como más malo que el Emperador Palpatine, siniestro, y conspirador. Les suena? El tipo más cool de la industria, el Leonardo Da Vinci del siglo XXI retaceaba información. Como vemos, hasta los genios fallan en la comunicación; ellos tampoco tenían incorporado el KPI de la felicidad.

2 comentarios:

LadyRyk dijo...

Le pusiste palabras a lo que me viene dando vueltas en la cabeza hace meses. Creo que las situaciones que enumerás (pedir ayuda, conservar la calma -o estallar si nos lo "permitimos"-, pedir ayuda afuera, tener un recuento de hechos para valorar situaciones en el tiempo, estar dispuesto a empezar de nuevo) generalmente se suceden unas a otras. Las primeras son las respuestas inmediatas a los síntomas. La valoración de situaciones y su análisis fracasa muchas veces en las organizaciones por motivos políticos. Nadie quiere asumir derrotas ni errores. O es visto como simple pesimismo. Hasta que los números u horizontes comerciales no se empiezan a desplomar, no hay reacción. El KPI Felicidad se hunde irremediablemente frente a esta desestimación. Ahí es cuando hay que decidir si se sigue tragando agua y pegando manotazos en el mar embravecido o se regresa a la costa... esperanzados en que nos espera una mejor travesía.

Daniel dijo...

Sí, algo así. Y luego nos endurecemos, nos anestesiamos, o nos quedamos por un sueldo, y eso nos juega en contra. Esto último es el maradoniano "lo hice por las nenas". Bottom line, vamos siendo cómplices e infelices, por no aprender a levantar la manito y a decir, buenamente, lo que nos parece.

Gracias por el comment.