¿Matan las escuelas la creatividad?
Como suele suceder en la web, esto me llegó absolutamente de rebote, a partir de un post de Ramiro Fernandez Varela sobre el libro Mal de Escuelas. La conferencia de Ken Robinson (dos partes de 10 minutos absolutamente recomendables) me hizo pensar acerca de mis propios vaivenes entre teoría y práctica, entre la Ciencia y las aplicaciones concretas en empresas, y aún en todo lo que no llego a entrever simplemente porque no estoy preparado para eso.
Pero no quiero quedarme sólo en la importancia que le da Robinson a la creatividad en la infancia. Qué datos hay sobre creatividad para Empresas?
- Cuando ya se es grandecito (digamos un JP), se es creativo o no. No hay vueltas. La empresa puede alentar algún margen para la experimentación o el error, pero yo no creo que pueda fomentarse algo que -en las propias palabras de Sir Ken- ya puede estar irremisiblemente muerto.
- Hay sectores en las empresas donde la creatividad está mal vista. Es probable que esto no sea una afirmación políticamente correcta, pero en Facturación, Red y Procesos no hay mucho margen para creatividad. En estos sectores la gente va con el Manual bajo el brazo.
- Concuerdo con Robinson en mantener esa parte artística en cada uno, aún en paralelo con la labor cotidiana "seriecita" de cada uno. Esa es la cuerda de salvación, y no los libros sobre pensamiento lateral. Escribamos, hagamos música, cantemos en un karaoke. Recuerdan la serie Ally McBeal? Alguien duda que ese estudio de abogados, con empleados haciendo coreografías de Barry White, era el sitio más creativo en cuanto a leyes que pudiera haber?
Los dejo, sigo en feriado tratando de terminar con mis cuentos...
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