lunes, 20 de febrero de 2012

To fav or not to fav.

Cada dos o tres horas accedo a Twitter mediante el teléfono móvil. Es un distractivo, una forma de estar al día en lugares donde no hay un acceso Wi-Fi, o una compulsión. De paso, los usos de Twitter son inesperados: juega tu equipo de fútbol en una zona sin Wi-Fi ni TV, y la única forma de saber algo son las búsquedas actualizadas en Twitter. Como fuere, en esas ocasiones cada tanto aparece un comentario a chequear o un link a una página ilegible en el móvil. Uno se dice, debería recordar esto. Pero no se tiene la comodidad de una laptop. Se debería poder "marcar" el concepto o el tuit de alguna forma, y uno cae en la cuenta de que Twitter no provee tal funcionalidad.

Ayer tuiteé algo al respecto, opiné que "debería existir este bookmark". Al rato @disanro me contestaba que eso ya existe, y que es el "Fav". Le contesté a Diego que esa funcionalidad se reservaba para elogiar un tuit. Cuento, de paso, que hay mecanismos como Favstar que van acumulando ese dudoso mérito, y que aquellos usuarios que tienen más "favs" pueden convertirse en celebridades -de algún modo berreta- en Twitter. Aunque hay poco margen para nuevas celebridades, pues habitualmente suman más puntos quienes ya de por sí son célebres, y quienes hacen comentarios más personales, sexistas o provocadores. Este fenómeno de que la miserabilidad en redes sociales implica notoriedad es conocido. Diego añadía que "él era old school, y que usaba así la función Fav", esto es, el se inclinaba por favorecer el tuit, y listo.

Al rato, tras nadar, estaba pensando en cualquier cosa. No me terminaba de cerrar este concepto, por varios motivos. Una cosa es el reconocimiento del mérito -que aumenta nuestra reputación online- en el ámbito social que fuese, y otra cosa es señalar la página de un libro. Pues un "bookmark", un señalador, es precisamente esto. Con lo cual ambas funciones son diferentes. De paso, la interfaz nos dice "favorite", con lo cual deja poco espacio para la duda. Otra cosa que pensé es que yo también soy de "vieja escuela". Cinco años en Twitter es mucho tiempo, es haber llegado antes que el 99.9% de los usuarios -aquí creo que hay algo de autobombo-. Pero lo más importante es que los usos que la gente le da a Twitter ya son muy diferentes que al principio. En mi caso, captar nuevas ideas, cambiar ideas con otros usuarios (como ahora con Diego)... y seguir a Estudiantes de la Plata desde los aviones.

2 comentarios:

LadyRyk dijo...

Es como una marketinización total del usuario. Cuantos followers tiene, cuantos tuits faveados, cuantos RT. A veces pienso que se persigue más la imagen que se proyecta que un uso útil de la herramienta. Yo tengo una manía: me indigan que me siga gente que tiene errores de ortografía en su Bio.

Daniel dijo...

Igual que en la vida offline, en Twitter hay un mainstream de nabos al que espero no pertenecer. Desde que se volvió a la textualidad (cerca de fin de siglo) y la gente "escribe como habla" está la ortografía en riesgo. Casi que está mal visto escribir bien...