La armonía de los gestos
Imaginemos a los monjes medievales que leían los textos en voz alta porque no se habían inventado aún los signos de puntuación. Traslademos esto a la época actual donde -aún en silencio- transcurre en frenético tecleo la mitad de nuestras comunicaciones.
Tal vez sea yo el medieval, pero las nuevas formas de comunicación me preocupan en la medida en que se las usa como vehículo de mensajes demasiado relevantes. El chat permite cierta intimidad, el mail permite que mucha gente se entere de algo al mismo tiempo, los blogs permiten ampliar el radio de acción hacia desconocidos, y la lista sigue con Twitter y con lo que quieran. Pero esto no está alineado con la importancia del mensaje.
Desprovistos de los gestos que moderan y balancean, algunos de estos mensajes puramente textuales pueden ser un arma de doble filo. Ya las llamadas de voz requieren un esfuerzo adicional para trasnmitir exactamente el contenido y las sensaciones adecuadas. Imagino un soft que recoja la expresión de la cara para dar a entender al interlocutor el real estado emocional... habrá algo de esto en el futuro?
2 comentarios:
hay que llevar la ironia a planos mas basicos por ejemplo.
Somos irónicos cuando hay contradicción, nos morimos por decir algo y no podemos. Hay que animarse a matar la ironía y hacer más sencillo el mensaje. Te lo dice alguien irónico (:D).
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